jueves, 13 de noviembre de 2014

Mariano José de Larra.

Nació en 1809, en la ciudad de Madrid. A los diecinueve años comenzó a publicar folletos, tales como El duende satírico del día y El pobrecito hablador, así como también comenzó a colaborar en revistas y periódicos con un seudónimo que lo hizo famoso: Fígaro. Desesperado por el entorno social que le rodeaba y por la ruptura de relaciones con su gran amor, Dolores Armijo, decidió, en 1837, optar por el suicidio, a la edad de veintiocho años.

Larra es claramente distinguido por poseer una personalidad crítica, una actitud reformadora y europeizante, por su lucha por la libertad y la tolerancia y sus dotes de observador irónico de la realidad.

Fue el gran periodista español del siglo XIX, por lo que lo más importante de su obra son sus artículos periodísticos, divididos en tres grandes grupos, según su temática:

-Artículos de costumbres:
Son los más conocidos, tienen como tema los males de la sociedad española de la época: la grosería y la falta de educación (El castellano viejo), la inoperancia de la administración y la pereza (Vuelva usted mañana), el pensamiento tan negativo de los españoles hacia su propio país (En este país)..

-Artículos políticos:
En ellos Larra critica el absolutismo y a intransigencia (causantes, segun él, del atraso español), y elogia el progreso, la tolerancia y la libertad. Algunos de los más importantes son La alabanza o que me prohíban este y Nadie pase sin hablar al portero.

-Artículos de crítica literaria:
Reflejan los gustos estéticos del autor, principalmente su defensa de la libertad en el campo artístico y la aceptación de las innovaciones teatrales del Romanticismo.

En todos los artículos destaca su estilo ágil, irónico e ingenioso, así como un análisis profundo de la psicología de los españoles.

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